jueves, 24 de septiembre de 2009

Un poco de ironía


(...) Y por eso ocurrió que cuando otros doblaron la rodilla, él se negó ha hacerlo, añadiendo en voz alta que sus antepasados no habían doblado la rodilla ante ningún asqueroso alcalde. Además, en tiempos de sus antepasados, los alcaldes eran elegidos y destituidos a voluntad, y las únicas personas que heredaban algo por derecho de nacimiento eran los idiotas congénitos (...)
Isaac Asimov. Fundación e Imperio
Puede substituirse "doblar la rodilla" por "bajarse los pantalones" y también "alcalde" por "jefe", por ejemplo... uno entre muchos... ;)

domingo, 20 de septiembre de 2009

recordatorio...

COSAS QUE ME SIENTAN BIEN… Y QUE DEBERÍA HACER MÁS A MENUDO (o volver a hacer…)

- Pasear descalza por la playa (esto lo tengo fácil)
- Contemplar el mar y relajarme con su música (esto también es fácil y podría aprovechar para hacerlo el mismo día que paseo descalza…)
- Hacer fotos (esto está más complicado porque tengo que comprarme una cámara, la fotografia dejó de ser un hobby cuando mi réflex analógica quedo desfasada… eso sí, sigo haciendo fotos con la cámara del móvil)
- Ir a exposiciones de fotografía o pintura (esto tampoco sería muy difícil)
- Practicar Tai Chi al aire libre cuando no hay gente (donde vivo, esto es difícil)
- Viajar y descubrir sitios nuevos (dificilísimo!)
- Bailar con mi novio (esto como no depende sólo de mi…)
- Cantar y bailar por casa mientras hago la limpieza (dejé de hacerlo cuando dejé de vivir sola)
- Caminar bajo la lluvia, con o sin paraguas (esto tampoco depende sólo de mi…)
- Emocionarme con cualquier cosa (cada vez lo hago menos...)
- Pintar (esto es fácil... siempre y cuando no sea pintar bien)
- Escribir (esto también debería ser fácil... y lo mismo, siempre que no tenga que ser bien...)
- Tener un ataque de risa (esto cada vez es más difícil)

... continuará ;)

(He sacado la idea del blog La vida no trae instrucciones)

sábado, 19 de septiembre de 2009

un lugar para pasear

realidades

Hace 3 días que volví de vacaciones…

La cuestión es: ¿Por qué nada más poner un pie aquí ya tengo ganes de largarme otra vez? No vivo en un mal sitio… la ciudad no es preciosa, pero tiene sitios agradables… y lo más importante (para mi), tiene una playa estupenda.

Pero, no, cada vez que salgo y veo otros lugares me gustaría ser capaz de dejarlo todo e irme a vivir allí. No me gusta más un sitio que otro… me gustaría poder vivir una temporada en uno y después en otro… y otro…

Vivimos en un mundo muy grande, pero nuestra cotidianidad es muy pequeña… Nos pasamos la vida (o al menos la mayoría de nosotros) viendo las mismas caras, trabajando en el mismo sitio, oyendo los mismos comentarios, caminando por las mismas calles cada día,…

Bueno, mientras no encuentre la manera y, lo más importante, la fuerza para dar el paso, me conformo con ser feliz en la realidad que vivo AHORA y AQUÍ :)

martes, 1 de septiembre de 2009

sobre la inocencia...

(...) Cuan­do somos niños, casi nunca pensamos en el futuro. Esa inocencia nos deja libres para disfrutar como pocos adultos pueden hacerlo. El día que empezamos a preocuparnos por el futuro es el día que dejamos atrás nuestra infancia (...)

Patrick Rothfuss. El nombre del viento

sobre el dolor...

(...) Quizá la mayor facultad que posee nuestra mente sea la capa­cidad de sobrellevar el dolor. El pensamiento clásico nos en­seña las cuatro puertas de la mente, por las que cada uno pasa se­gún sus necesidades.
La primera es la puerta del sueño. El sueño nos ofrece un refu­gio del mundo y de todo su dolor. El sueño marca el paso del tiem­po y nos proporciona distancia de las cosas que nos han hecho daño. Cuando una persona resulta herida, suele perder el conoci­miento. Y cuando alguien recibe una noticia traumática, suele desvanecerse o desmayarse. Así es como la mente se protege del dolor: pasando por la primera puerta.
La segunda es la puerta del olvido. Algunas heridas son dema­siado profundas para curarse, o para curarse deprisa. Además, mu­chos recuerdos son dolorosos, y no hay curación posible. El dicho de que «el tiempo todo lo cura» es falso. El tiempo cura la mayo­ría de las heridas. El resto están escondidas detrás de esa puerta.
La tercera es la puerta de la locura. A veces, la mente recibe un golpe tan brutal que se esconde en la demencia. Puede parecer que eso no sea beneficioso, pero lo es. A veces, la realidad es solo dolor, y para huir de ese dolor, la mente tiene que abandonar la realidad.
La última puerta es la de la muerte. El último recurso. Después de morir, nada puede hacernos daño, o eso nos han enseñado.
(...)
Patrick Rothfuss. El nombre del viento